Últimamente hacer ejercicio se ha vuelto una obligación ya que la obesidad ha aumentado notoriamente. Afortunadamente correr maratones y carreras de 10 km o 5 km se ha vuelto una moda muy saludable. Incluso no se ha perdido esta actividad durante la pandemia del 2020. Todo empieza con la voluntad de bajar de peso y no está por demás, la obesidad es una enfermedad que causa muchos males en nuestro cuerpo. Bajar de peso es “quemar” la grasa. Pero realmente no la quemamos, no hay fuego en nuestro cuerpo y muchos dirán “claro que no, lo que pasa es que la sudas; el sudor es el llanto de la grasa”. No necesariamente, de hecho es muy poco el porcentaje de grasa que se estaría consumiendo por sudor.

Foto de Kampus Production en Pexels

Para saber a dónde se va la grasa cuando uno la consume hay que entender el metabolismo, el cual indica que se exhala por la respiración. Así es, la grasa no la sudamos, sino que la respiramos. Eso se oye algo grotesco al principio pero ya no estaríamos hablando de grasa tal cual sino de dióxido de carbono. Tendré que repasar unos conceptos rápidos antes de que nos metamos al metabolismo. Así mismo, lo trataré de explicar de forma sencilla ya que la bioquímica tiene muchos nombres rebuscados y muchas sustancias implicadas. Y esto va a parecer una pequeña clase de química orgánica.

Las grasas


Los famosos ácidos grasos o lípidos, son sustancias orgánicas en donde hay un grupo carboxilo (R-COOH) seguida de muchos carbonos, de unos 12 a 18 carbonos dependiendo el compuesto. Algunas son grasas saturadas, es decir que solo son enlaces simples entre el carbono y carbono (C-C) y las insaturadas son enlaces dobles (C=C). Dentro de las insaturadas tenemos a las renombradas grasas -trans y –cis. Esto se refiere a como están posicionados los hidrógenos en el carbono: trans se refiere a un modo paralelo, y cis se refiere a un modo como de silla. Las trans son más difíciles de reaccionar porque la posición de los hidrógenos estorba para que el doble enlace de los carbonos pueda reaccionar. La grasa es la energía de reserva en nuestro cuerpo y se forma porque no usamos los carbohidratos que ingerimos y se acumulan. Es por eso que en algunas dietas lo primero que eliminan son los carbohidratos, para obligar al cuerpo a usar la grasa y no el azúcar como fuente de energía.

El metabolismo


El metabolismo es el conjunto de los diferentes procesos muy complejos encargados de usar y modificar los nutrientes para poder obtener energía. Así se puede respirar y mantienen vivas a nuestras células. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo requiere mucha energía para poder moverse y poder aguantar la demanda. Las células de nuestros músculos reciben la orden de tener que consumir más oxígeno y más moléculas de energía, los carbohidratos son los primeros en ser consumidos, pero al acabarse estos hay que comenzar a consumir la grasa. El corazón comienza a bombear más sangre para suministrar el oxígeno a la célula, y la respiración de acelera para poder adquirir del aire ese oxígeno tan preciado. Una vez que el oxígeno entra en la célula comienza a reaccionar con las moléculas de ácidos grasos o azúcares y los oxida. A esto se le llama respiración celular. Las hay de dos formas: aerobia y anaerobia. El objetivo de ambas es suministrar energía.

La respiración


Estas reacciones en su mayoría ocurren en la mitocondria (órgano de energía de las células), para ello utiliza la carnitina. Ya dentro de la mitocondria el ácido graso comienza el proceso de degradación llamado beta-oxidación para romperse en trocitos de dos carbonos. El rompimiento de enlaces carbono-carbono libera mucha energía. La característica de esto es que no lo fragmenta de golpe, sino poco a poco. De esta forma, no sólo se aprovecha la energía de los fragmentos sino también la energía liberada al romperlos. Dicha se queda en forma de ATP (adenosín trifosfato), es decir en la forma de una molécula que al romper sus enlaces se obtiene energía.


Ya que está rota nuestra molécula de grasa, esos pedazos se han transformado en acetil-CoA y algo de energía. La molécula de acetil-CoA entra a un ciclo complejo pero que es el centro del metabolismo: el ciclo de Krebs. El acetil-CoA se fragmenta en trozos de un carbono obteniendo de unas moléculas intermediaras llamadas NADH y FADH2 que son las que finalmente obtendrán energía. Del ciclo de Krebs se forma CO2 (y otras moléculas), el cual es un gas y se transporta por la sangre hasta nuestros pulmones donde finalmente lo sacamos en forma de aliento en la respiración.


Cada que se exhala, se está expulsando del cuerpo las partes de las moléculas de azúcar o grasa rotas para generar energía. Al respirar más rápido (hiperventilar) no se consume grasa, sino solo el azúcar de la sangre. Y lo único que se logra es cansarse y abrir el apetito. Para eliminar la grasa se tiene que hacer que la célula tenga que respirar y llevar a cabo todas esas reacciones del metabolismo. Es decir, obligarla a consumir energía.


Esto no acaba ahí: las grasas tienen oxígeno el cual debe ser usado. Aquí es donde el NADH y FADH2 juegan un papel importante. Estas moléculas no abandonan la mitocondria pero se van a su membrana dónde entran a un proceso que se llama cadena respiratoria. Aquí se produce más ATP, se intercambian electrones y liberan protones. Una vez producidos los iones de hidrógeno, se pueden juntar fácilmente con el oxígeno produciendo agua.

Por lo tanto, el oxígeno que respiramos lo usamos para ciertas reacciones que producen CO2 y agua, los cuales sacamos por orina y sudor. Dado que las reacciones metabólicas en su mayoría son exotérmicas, esa energía que no se usa para formar enlaces en el ATP o en alguna otra molécula se libera en forma de calor en el músculo. Entonces el cuerpo detecta que la temperatura se eleva y debe de regularla con agua. Ella sale de nuestros poros para que moje y se evapore rápidamente para dispersar el exceso de calor.


Como resultado de la respiración anaerobia se forma ácido láctico (fermentación láctica), el cual, es un producto de una reacción que no usa oxígeno. Digamos que el oxígeno que respiramos no es suficiente para hacer que se degrade toda la grasa y se transforma en otra cosa. Este ácido se queda en forma de cristales entre nuestros músculos y por eso nos duelen al hacer ejercicio. Una forma de evitarlo es respirar adecuadamente durante y después de hacer el ejercicio. Por último, la grasa que sale en forma de heces es debido a que los alimentos que comemos tienen muchos lípidos y el cuerpo no los absorbe y los desecha. Muy poca grasa almacenada puede ser excretada.


Como ven nuestro cuerpo es muy complejo, es una maravilla bioquímica y debemos de cuidarlo y saber cómo funciona para poder hacer una mejor dieta, hacer el ejercicio necesario y mantenernos saludables. Nuestras células son las trabajadoras que nos dan vida, dan energía, transforman nutrientes y es tan maravilloso ver todas las reacciones que ocurren para que se use esa energía y también se use para crear tejidos y muchas cosas más. Y todo es comandado por genes del núcleo, pero esa es otra historia. Así que cuiden su cuerpo y hagan ejercicio.

Gracias por leerme.

Dr. Cerebrón

@ciencionizados

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