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Estrella destruída por un agujero negro

Las galaxias y el Universo en sí es en su mayor parte espacio vacío. Por esta razón es muy difícil que dos estrellas choquen. Y lo que es aún más difícil es que una estrella se encuentre con un agujero negro. En una galaxia estos eventos pueden ocurrir entre una vez cada mil años o una vez cada un millón de años. A pesar de ser poco frecuentes son procesos muy violentos que pueden terminar con la existencia de la estrella y producir un brillo muy intenso. Estos son los llamados eventos de disrupción de marea.

Si una estrella se acerca mucho a un agujero negro, la gravedad de este puede superar a la gravedad propia de la estrella, la cual la mantiene unida. Eso significa que el movimiento de cada partícula de la estrella pasa a estar dominado por la gravedad del agujero negro.

¿Y cuál es la consecuencia? Que cada partícula estelar trata de seguir una orbita diferente y la estrella comienza a destruirse. Pero no termina aquí; parte del material de la estrella queda orbitando alrededor del agujero negro para formar lo que llamamos disco de acreción.

Algo que sería muy interesante de observar sería una enana blanca acercándose a un agujero negro. Según un artículo publicado en The Astrophysical Journal, un evento como este podría «dar vida» nuevamente al proceso de nucleosíntesis estelar dentro de la enana blanca, permitiendo la creación de elementos más pesados.

En Enero de 2019 el telescopio espacial TESS observó como aumentó el brillo durante los primeros instantes de la destrucción de una estrella. Por el momento sigue siendo muy difícil observar la destrucción de una estrella y seguir su evolución. Sin embargo, los astrónomos esperan que con la llegada del telescopio LSST se puedan encontrar más destrucciones estelares y poder coordinar seguimientos con otros telescopios de forma mucho más rápida.

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