
Contrario a lo que su nombre indica, NO es un hueco lleno de nada. Un agujero negro es una estrella supermasiva de millones de masas solares muy comprimida, tanto como si una pelota de golf tuviese la masa de la Tierra.
Un agujero negro no necesariamente es un objeto gigantesco, inclusive si nosotros nos comprimiéramos del tamaño de una billonésima parte de un grano de arroz, lo seríamos.
La fuerza de gravedad en estos agujeros es tan elevada, que todo caería en ellos, nada podría escapar, ni si quiera la luz, y de allí su nombre.
Estos objetos celestes se forman a partir de la explosión de una estrella muy masiva (supernova), y el material eyectado vuelve a concentrarse bajo su propio peso. Cuando nuestro Sol explote, no alcanzaría a convertirse en agujero negro, no contiene la suficiente masa para comprimirse a tal punto.
Teóricamente se dice que en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, se encuentra un agujero supermasivo llamado Sagitario A*. Al igual que los planetas se desplazan alrededor del Sol, serían miles de sistemas solares más que giraríamos en torno a esta estrella negra.
El 10 de abril de 2019 se presentará la primera imagen directa de un agujero negro, Sagitario A*.
Este anuncio realizado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) es conseguido gracias al Event Horizont Telescope (EHT), un arreglo de 9 radiotelescopios distribuidos sobre la superficie de la Tierra que al funcionar al unísono alcanza la misma resolución que obtendría un telescopio del tamaño de nuestro planeta.
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