catedra

Ilustración de Carmen Sala Bonal, seleccionada en la cuarta edición de Illustraciencia

La Luna, único satélite de la Tierra, se originó según “la teoría del gran impacto” hace unos 4.500 millones de años, cuando un protoplaneta llamado Tea colisionó contra la Tierra. En su superficie destacan los mares, las regiones oscuras y las superficies elevadas, zonas brillantes con alta densidad de cráteres. El ciclo lunar parte de la fase de luna nueva, cuando la Luna no puede observarse en el cielo nocturno. A continuación, en la fase de cuarto creciente, el Sol ilumina lateralmente la Luna y la superficie iluminada aumenta hasta llegar a luna llena. Finalmente la cara iluminada se va reduciendo, produciéndose así la fase de cuarto menguante hasta que deja de ser visible desde la Tierra, siendo de nuevo luna nueva. La coincidencia entre el tiempo de rotación y traslación produce que siempre sea visible la misma cara de la Luna desde la Tierra. En la imagen se puede observar cómo la Luna cambia de aspecto según el día del ciclo lunar en el que se encuentre. Se representan los días 4, 8, 14, 21 y 25 del ciclo (de izquierda a derecha) para poder observar la progresión en las distintas fases lunares.

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