Unas cuantas moléculas de etanol fiesteras (alcohol) atraviesan el esófago, pasan por el estómago, se pierden por las callejuelas del intestino delgado, pasan por la autospista de la vena porta y por fin llegan a la entrada de la disco del hígado. Allí, la alcohol deshidrogenasa y la aldehido deshidrogenasa, los seguratas, controlan el paso y el metabolismo del alcohol. Todo parece estar bajo control… hasta que se sobrepasa el aforo.