Muy Buenas a todos Amantes de la Vida??.

Hoy venía con GANAS de mucha Biología?, así que si escribo este artículo, es básicamente porque se me ha revelado una epifanía surgida de un recuerdo de mi infancia, una idea que analizándola, me di cuenta de que era un tema novedoso y sumamente impactante?, un concepto que se me habría pasado por completo durante el resto de mi vida si no fuera por el afán de querer compartir con vosotros ratitos del fascinante mundo de la Vida?.


Sin más dilación, agradezco de corazón que por culpa de la serie más mítica de la televisión, Los Simpsons?‍♀️?‍♂️?, me haya venido la fascinante inspiración de un tema que a la par de curioso y de tentador para el que ve en la televisión aspectos relacionados con la biología, resultando ser sumamente intrigante para gente como yo, que desde chico vivimos en la afición y el sueño de criar especies de todo tipo.


Sin más demora, todo sea por la Ciencia y el Frikismo.


No situamos en el Episodio 206 llamado «Bart, la madre«, de la 10 temporada.


El asunto importante del episodio transcurre cuando Marge decide llevar a toda la familia a un Centro Familiar de Diversión, donde estaban varias personas conocidas por Bart y Lisa, inclusive el matón de Nelson.


Cuando en un momento dado va a canjear los cupones obtenidos en los juegos por un premio, Nelson elige un rifle y posteriormente invita a Bart a su casa para probarlo. Marge le prohíbe terminantemente ir, aunque Bart, como es de costumbre, no la obedece. En la casa de Nelson, éste provoca a Bart para que dispare a un pájaro que se encontraba en su nido, y a pesar de que se arrepintió, desvía el rifle con la irrisoria situación de que el rifle estaba mal calibrado, dando como resultado la muerte del pájaro de un disparo en la cabeza.

Bart, sintiendo lástima por los huevos que habían quedado en el nido sin su madre, decide llevárselos a su casa. Luego, instala una bombilla de luz sobre una caja de cartón y protege a los futuros pájaros de la lluvia y de todo lo que pudiera afectarles.

Marge finalmente descubre que el niño trama algo, pero al darse cuenta de lo que es, lo perdona y decide ayudarlo. Poco después los huevos comienzan a romperse, pero para sorpresa de todos no son pájaros los que nacen…., SINO UNA ESPECIE DE REPTIL.

Bart con sus dos huevos (Chiste intrínseco)

 Bart decide llevar los animales que ha criado a la Sociedad de Observadores de Aves de Springfield para descubrir qué clase de animales son, y allí Seymour Skinner les informa que eran una especie Invasora conocidas como Lagartijas de Árbol Bolivianas, los cuales comían los huevos de ciertas aves para realizar el Parasitismo de Puesta, en el que pone su huevos para que el ave victima los empolle creyendo ser los suyos, similar a como lo hacen los Crialos y los Cucos, pero con la diferencia de que al nacer, estos reptiles devoran a su madre hospedadora. Skinner al verlas, decide terminar con las lagartijas, pero Bart le dice a Marge que al haberlas empollado se había encariñado con ellas, por lo que ella le permite huir. Sin embargo, el niño pronto es acorralado en la azotea del edificio, en donde Skinner provoca que los reptiles caigan al vacío.

Lagarto de Árbol Boliviano

Para sorpresa de todos, las lagartijas muestran unas aletas que les permiten volar y aterrizar cómodamente en la calle. Skinner le dice a Bart que había traído un mal terrible a la ciudad, pero finalmente resulta ser beneficioso, ya que las lagartijas controlan las plagas de palomas en la ciudad.

Después de este resumen, presentando a la ficticia Lagartija de Árbol Boliviana, la cual me daré el privilegio de denominarla como «Ctenosaura suwa», siendo suwa en Quechua, «ladrón».

Bueno, dejando ya aun lado este inciso de exaltación friki, os comento que desde chico me fascinaba la idea de que algo así tal y como se muestra en el episodio exista, pero los años discurrieron, apartando esta idea en mi subconsciente, hasta el día de hoy, que más que nunca me vi despertada mi pasión junto con los conocimientos empíricos y las habilidades necesarias para indagar en este curioso susurro en el oído que despertó de mi cabeza aletargada, y por ende, la gran pregunta.

¿A día de hoy existe un Reptil capaz de hacer lo visto en el episodio? y si no es así ¿Sería posible la existencia de semejante especie?

Para empezar a responder las siguientes preguntas, se ampliará el filtro hacia todas aquellas especies que coloquialmente y sin ningún valor taxonómico, se les denomina Reptil, es decir, todos aquellos vertebrados poiquilotermos (su temperatura corporal no es constante y depende de la temperatura de su entorno), provistos generalmente de escamas, huevo amniótico cleidoico y desplazamiento reptante o sobre sus patas en posición horizontal. 

Teniendo en cuenta esto, es importante aclarar que debido a estas condiciones, los reptiles no producen el calor, ni están en lo general, en condiciones ambientales óptimas para que requieran de intervenir en el desarrollo de sus huevos, por lo que la inmensa mayoría de reptiles entierran sus huevos en lugares con condiciones óptimas para el desarrollo de éstos y luego son abandonados a su suerte, por lo que realmente no se podría pensar en parasitación de puesta si fuera el caso de aprovechar la nidada de una especie para depositar la en descendencia de otra especie, si eso sería competencia por los lugares de puesta. Aún así, supongamos que un reptil quiere aprovecharse de una especie de cuidados maternales como los cocodrilos, realmente cualquier reptil que se aproveche de la nidada de un cocodrilo, única y exclusivamente es para depredar los huevos, ya que si esa especie quisiera poner sus huevos dentro de una nidada de cocodrilos, le llevaría demasiado tiempo, no pondría suficientes huevos para asegurar el éxito de la especie, no le daría tiempo a volver a enterrar la nidada sin antes los cocodrilos percatarse del ataque y lo más importante, al nacer, no sería seguro que pudiese alimentarse de la crías de la otra especie, ya que por cuestión de supervivencia, las crías de los reptiles necesitan reservas de energías iniciales para escapar del lugar antes de que un depredador las delate, en última instancia necesitan comer. Se descarta la parasitación de puesta entre reptiles y por lo tanto se niega la existencia de especies así, pero… ¿Y en el caso de un Reptil hacia un Ave?

Esta condición, que es la que se presenta en en el episodio, es inviable por la diferencia que existen en la fisiología y desarrollo de un huevo de un reptil y el de un ave. Para empezar, los huevos de las aves presentan una cáscara dura, la cual permite mantener las condiciones de temperatura y húmedas internas (sin alterar significativamente el intercambio gaseoso gracias a una serie de poros) el mayor tiempo posible mientras los progenitores buscan comida o se desplazan de un lugar a otro. 
En los Huevos de reptiles, la cáscara es fina y blanda debido a que permanecen en condiciones de humedad y temperatura constante, además de que la calcificación tal y como se presenta en aves, les sería muy ardua para reptiles debido a la cantidad de huevos que necesitan producir y la dificultad de estas especies de metabolizar e incorporar el calcio en sus huesos, pudiendoles producir la enfermedad osea metabólica o una hipocalcemia severa que afecte inclusive el sistema nervioso.

Cría recién nacida de Varanus prasinus

Aun con estos argumentos factibles, la cuestión más remarcable y muy conocida por los aficionados a la cría de especies, es la creencia de que en reptiles, los huevos no se deben mover de la orientación en la que fueron depositados, y al contrario en aves, en la que cada pocas veces, era necesario rotar los huevos. ¿Es esta creencia verdadera? Y si es así ¿Por qué motivo?

A través de un estudio detallado sobre ello, explicaremos la razón. 

Efectos del posicionamiento del embrión y el encendido del huevo en el éxito de la incubación en Natrix maura

Culebra Viperina (Natrix maura)

Es una creencia común que los huevos de reptiles no deben girarse después de la oviposición una vez que el embrión se haya adherido a la membrana interna de la cáscara, ya que podría matar a los embriones en desarrollo. Aquí, utilizaron 338 huevos de 32 nidadas de Culebra Viperina (Natrix maura) para:

(1) Describir a fondo la disposición natural de las puestas
(2) Evaluar experimentalmente los efectos del posicionamiento embrionario natural
(3) Observar la activación del metabolismo del embrión en el huevo, el éxito de la eclosión y fenotipo de cría.

Las nidadas contenían, en promedio, el 59% de los embriones ubicados en la parte superior, el 28% en la parte inferior y el 14% en un lado del huevo. Las hembras más grandes pusieron puestas más grandes con una mayor proporción de embriones ubicados en la parte superior. Los embriones superiores mostraron tasas metabólicas más altas (frecuencias cardíacas), un tiempo de incubación más corto y produjeron serpientes más ligeras y más cortas que los embriones inferiores. El cambio de posición de los huevos no influyó significativamente en el desarrollo del huevo, el éxito de la eclosión o los fenotipos de la eclosión. Sin embargo, la mortalidad postnatal fue significativamente mayor en embriones convertidos (37.5%) en comparación con embriones no volteados (4.5%), lo que respalda la creencia común de que los óvulos no deben moverse de su posición natural.

Las condiciones físicas experimentadas durante la incubación y sus consecuencia del éxito tales como los fenotipos de incubación y la aptitud general se han estudiado en una amplia gama de taxones, desde aves, reptiles, peces, anfibios, hasta insectos. Los factores como la temperatura de incubación, y en taxones relevantes, la higrometría, han dominado la mayor parte del esfuerzo de investigación y han demostrado ser los principales impulsores de las condiciones de eclosión. Sin embargo, los roles desempeñados por factores más sutiles como la posición relativa de los huevos individuales dentro de la puesta, o la posición del embrión dentro del huevo durante la incubación, ha atraído menos atención, tal vez debido a dificultades técnicas. Sin embargo, Gracias a los avances en la investigación y el desarrollo de la industria avícola, el papel y los beneficios del rodamiento de huevos en las aves ha sido ampliamente estudiado. Los huevos de aves se benefician de la rotación porque facilita el desarrollo embrionario al estimular el crecimiento del área vascular, lo que a su vez maximiza la absorción de nutrientes de la yema.

Contrariamente a los huevos de aves, generalmente se supone que los huevos de reptil no responden bien si se rotan o giran temprano después de la puesta. De hecho, es un «conocimiento» común entre los criadores de reptiles aficionados y profesionales que los huevos recién puestos deben marcarse con un lápiz para distinguir la parte superior de la parte inferior antes de colocarlos en una incubadora (es decir, exactamente en la misma posición en que se encontraron).

Huevo de Ave

Esta creencia probablemente se debe a la observación de que los huevos de reptil carecen de chalaza (tejido blanquecino dispuesto en espiral desde cada polo del huevo con función de mantener la yema en posición central). En ausencia anteriormente de estudios experimentales específicos, esta creencia se podía sostener como un «mito urbano», pero si al final es cierto, siguió siendo una cuestión abierta. Sin embargo, se supone que unas pocas horas después de la oviposición, los embriones de reptiles se elevan a la parte superior del huevo y comienzan a adherirse a la membrana interna de la cáscara. Por lo tanto, si el óvulo se gira después de que el embrión se haya adherido, el peso de la yema podría impedir el desarrollo normal o desgarrar las membranas vitelina y extraembrionarias, lo que provocaría la muerte o malformaciones.
Las observaciones experimentales sobre los efectos del manejo de huevos o la rotacíon de los huevos de reptiles, son escasas y, a menudo, anecdóticas. No se informaron como ya se dijo, efectos sobre el desarrollo del huevo y el éxito de la eclosión en especies estudiadas y criadas en cautividad, como en Calotes versicolor, Eublepharis macularius, la mayoría de las tortugas de agua dulce y, en cierta medida, en Alligator mississippiensis. En otros grupos taxonómicos, se han reportado efectos nocivos, por ejemplo en Dipsosaurus dorsalis y en la mayoría de las especies de tortugas marinas. Sin embargo, los diseños experimentales y las técnicas de prueba variaron mucho entre los estudios y no se respalda su fiabilidad, lo que dificulta a priori la caracterización de las tendencias. Las serpientes parecen ser el grupo menos estudiado a este respecto. No se observó ningún efecto de «rotación diaria de algunos huevos Natrix natrix», y existe información sobre que el cambio de huevos no afectó el éxito de la eclosión en Elaphe guttata. Por otro lado, la información sobre ofidios comunes en cautividad, como Python regius y Python bivittatus no estaban claro, lo que si está claro es que a las mayoría de serpientes no cuidan sus huevos (contando excepciones como la mayoría de pitones y sin contar boas u otras especies ovoviviparas), generalmente abandonan el sitio de anidación pocas horas después de la puesta. Por lo tanto, los huevos pueden incubarse en la posición en que fueron puestos o dispuestos por la hembra. Las puestas de serpientes generalmente están agrupados, con huevos fuertemente unidos entre sí. A los pocos minutos de la puesta, los huevos a menudo se vuelven difíciles de separar sin rasgar la cáscara blanda. Se desconoce por qué los huevos de serpiente están unidos entre sí. Una posibilidad obvia es que la agrupación/unión de los huevos puede evitar que los huevos rueden durante la incubación, lo que implica que requieren del mantenimiento de la posición del embrión dentro del huevo una vez unido a la membrana del huevo para el correcto desarrollo y supervivencia tras la eclosión.

Huevo Reptil esquemático

Por ello, comprobaron esta hipótesis usando huevos de la serpiente de agua Natrix maura. Primero recolectaron información detallada sobre la posición del embrión y los movimientos potenciales del embrión dentro del volumen del huevo después de la puesta del huevo, e incubaron los huevos en la posición exacta en que se encontraron. En un segundo experimento, manipularon e incubamos intencionalmente huevos recién puestos con embriones superiores al convertir la mitad de ellos en una posición hacia abajo. Evaluaron minuciosamente los posibles efectos de la posición del embrión y la actividad del huevo en el desarrollo (trayectorias de masa del huevo, frecuencias cardíacas), el éxito de la eclosión y los fenotipos de la eclosión (tamaño del cuerpo al nacer, tasas de crecimiento, frecuencias cardíacas, comportamiento y rendimiento locomotor). (Para ver los resultados del estudio, haz click en el link: /https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4543940/) 

La Hipótesis que yo saco del asunto es que el huevo de ave no se aferra a las paredes internas del huevo como en reptiles debido a que al ser un huevo de cáscara dura, requiere de la recolocación del feto para facilitar la eclosión, además, en fases anteriores del desarrollo, la rotación facilita la extensión del las redes vasculares encargadas de absorber los nutrientes disponibles en el huevo.

Con esto y mucho más, me despido satisfecho de haber aclarado una gran intriga para aquellos criadores de especies, seguramente deseosos de saber respuestas ante los tesoros que cuidan con el mismo amor que Bart le dedico en vida a esos reptiles. Un Saludo a todos Amantes de la Vida.

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